domingo, 31 de mayo de 2009

NOTICIA 9




Artista en construcción
Es arquitecto de formación y artista más por coincidencia que por decisión. No considera que tenga una predilección, ni un talento particular en ninguna técnica a pesar de que ha incursionado y alterna en todas: la pintura, el dibujo, el video, el performance, la escultura, la fotografía, entre otros. Su proceso, en general, es trabajar un concepto, una idea de manera escrita, y según como se desarrolle va definiendo el medio que sería ideal para materializarla.


Llegó a la capital mexicana en 1986 con un contrato de arquitecto en una ONG. Terminado el contrato no podía volver a su Bélgica natal por haber escapado del servicio militar. Se vio, entonces, atrapado en ese monstruo de ciudad y decidió que ese momento sería ideal para explorar las artes visuales que siempre le habían interesado por la inmediatez y la relación directa con el mundo intervenido.


De hecho, los primeros trabajos siempre estuvieron relacionados con esta inquietud de intervenir espacios urbanos como una manera de llegar a entender la cultura donde aterrizaba. Sus primeras acciones no eran parte de un método, no eran planeadas, eran simplemente una reacción a una situación en la que se encontró. “Debido a que crecí en el campo, me cuesta mucho entender las metrópolis. Lo que finalmente me interesaba era intervenir ambiente urbanos y marcar territorios”. Un claro ejemplo de esto es una fotografía donde Alÿs aparece en la plaza del Zócalo en el D.F. y se mezcla con personas de oficio como un plomero, un electricista o un obrero que ofrecen sus servicios por medio de un letrero que ponen delante de ellos. Alÿs aparece en medio con un aviso que dice “turista”.


Esos giros de humor y de ironía se encuentran a lo largo de su obra y, según Alÿs, son como un arma de seducción que abren su discurso a un gran público y lo hace más asequible. “Eso tiene que ver con el ambiente en el que crecí, donde el arte contemporáneo era visto como algo muy elitista hecho de códigos escondidos. El humor funciona como elemento para romper este esquema, para invitar de una manera amable a crear puentes y abrir la obra”.


Lo han relacionado en varias ocasiones con el arte conceptual de los años 70. Alÿs respeta y se emociona con estas conexiones, que se han hecho más a posteriori que a priori, y recalca que la influencia de su obra nunca vino de ahí. “Yo no tenía formación artística, tampoco tenía el bagaje intelectual para poder cuestionarme lo que se había hecho anteriormente a lo mío. La mayor información e influencia vino realmente de mis colegas artistas”, asegura Alÿs al recordar los principios de los 90, cuando no había un mercado de arte como el de hoy en día, no había críticos ni revistas especializadas y, por lo tanto, los principales interlocutores eran los artistas.


En su arte el resultado importa poco porque la esencia está en el proceso, en el paso que antecede al objeto, siguiendo la antítesis maquiavélica de que el medio justifica el fin. Política del ensayo está compuesta por videos, instalaciones, dibujos, entre otros, que evidencian esa manera de trabajar de Alÿs, para quien el énfasis está en el esbozo, en la repetición y la recalibración.

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